5 datos reveladores que no sabías sobre las trabajadoras del sexo


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A pesar de que la prostitución es la profesión más antigua, las trabajadoras del sexo siguen siendo una de las profesiones más incomprendidas del mundo. Muchos países tienen leyes estrictas que prohíben y castigan el trabajo sexual, lo que ha llevado a su criminalización. Como resultado, el mercado del sexo ha pasado a la clandestinidad, entrelazado con el comercio ilícito de drogas y alcohol. La vida y los derechos de las propias prostitutas no están protegidos frente a los abusos y la explotación impotente.

5. La vida personal de las prostitutas es más dura que la profesional

Las estadísticas muestran que las trabajadoras del sexo consideran que su vida privada es más dura que su trabajo. Sólo una de cada cinco encuestadas dijo que el trabajo era más duro que su vida privada, mientras que el 43% dijo que era al revés. La mayoría de las prostitutas tienen más probabilidades de encontrarse con adicciones, problemas familiares, abusos físicos y psicológicos, todas las cosas que las han obligado a prostituirse en la vida normal.

4. Falta de dinero y de experiencia

Tanto los ingresos como los niveles de experiencia en la industria del sexo son mucho más altos para los compradores de servicios que para los vendedores. En 2014, los ingresos de los compradores de servicios fueron de 60.000 dólares al año, los ingresos medios de los vendedores de servicios fueron de 39.500 dólares al año, y los gerentes ganaron 42.000 dólares. La experiencia media de una prostituta es de 10 años y la de un comprador es de 16 años. La primera vez que un comprador adquiere los servicios de una prostituta es alrededor de los 25 años, mientras que un vendedor de sexo comienza su negocio alrededor de los 26 años.

3. Las prostitutas rara vez son indemnizadas por lesiones laborales

Según la investigación del GRUPO PANDER, el 15% de las trabajadoras del sexo encuestadas sufren lesiones de diversa índole mientras prestan sus servicios, pero sólo el 1% de las lesionadas solicita una indemnización. Esto se debe a que la prostitución es un negocio ilegal y, por tanto, no puede garantizar la seguridad y la protección de sus trabajadores por parte del gobierno. El miedo a ser castigadas por actividades ilegales impide que las trabajadoras del sexo pidan ayuda a las estructuras estatales.

2. Las trabajadoras del sexo tienen más probabilidades de someterse a las pruebas que los clientes

Los investigadores afirman que el 97% de las trabajadoras del sexo se hacen la prueba del VIH con regularidad, mientras que sólo el 68% de los clientes hacen lo mismo. Los clientes parecen estar menos preocupados por su salud que las prostitutas. Lo ideal sería que ambos estuvieran obligados a someterse a controles de salud antes de prestar servicios: sería un excelente método de prevención de las ETS y frenaría la propagación de enfermedades.

1. Algunos profesionales del sexo practican sexo sin protección

Dado que muchos clientes no se someten a pruebas de detección de ITS y VIH, y que algunos profesionales del sexo ofrecen a sus clientes sexo sin protección, aumenta el riesgo de propagación de enfermedades. En México, en ciudades industrializadas como Puebla de Zaragoza, sólo el 48% de las prostitutas utilizan preservativo. Y lo que es más importante, en ciudades turísticas mexicanas como Cancún, la cifra es del 98%.

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